El lugar es muy tranquilo y acogedor. Las habitaciones son amplias y estaban muy limpias.

El colchón y las almohadas son muy duras. la ducha es extremadamente pequeña y el somier de la cama sonaba al moverte. Además, el acceso es complicado, con carreteras estrechas y llenas de basura, lo que lo hace poco práctico para llegar.

El dueño nos trató como si fueramos amigos de toda la vida, lo que hizo nuestra estancia muy agradable.

Lo que menos me gustó es que el colchón y las almohadas eran demasiado duras.

volveré sin duda

La habitación era cómoda y amplia, con una nevera y TV de pantalla plana. El desayuno incluía café delicioso y productos locales muy frescos. Además, el anfitrión siempre estuvo pendiente, dándonos buenos consejos sobre la zona. Disfrutamos del aparcamiento gratuito y pasamos el día en los hermosos jardines incluso después del check-out.

Desayuno de productos locales excelentes.

me quedé esperando un trato especial, y no fue así. El lugar es hermoso, pero las carreteras de acceso estaban llenas de basura y complicadas. Además, el colchón que prometía ser cómodisimo era durísimo. Para colmo, no tuve un upgrade de habitación como esperaba. casi escribo una buena reseña, pero sólo no pude.

El desayuno era delicioso, con café riquísimo y productos locales frescos. La ducha es muy pequeña, lo que incomoda un poco.

Ideal para familias buscando experiencia auténtica

El desayuno era una fiesta y el dueño realmente se preocupó por nosotros, nos llevó a conocer lugares espectaculares en la zona, eso no lo olvido nunca. Pasamos momentos inolvidables hablando con él, parecía que conocíamos de hace años, un tipo realmente encantador.

No fue barato, pero valía cada centavo.

Me encantó la tranquilidad de la Villa Julia, rodeada de un hermoso jardín con árboles cítricos. Desde nuestra terraza disfrutamos de una maravillosa vista del Vesubio, lo que hizo nuestra estancia romántica y relajante.

Mejorar la accesibilidad de las carreteras.

Ay, qué delicia esos croissants! Me sentía en una película culinaria mientras disfrutaba de productos locales en el desayuno. Además, el trato de Pasquale fue excepcional. siempre estuvo pendiente de nosotros. Y lo mejor, estábamos en una habitación independiente, lejos del bullicio y con un servicio super personalizado.

Honestamente, esperaba más de la experiencia en Villa Julia. Pensé que iba a tener una habitación en un edificio normal, pero resulta que era como una edificación separada que parecía un garaje.

el acceso es un poco complicado, pero el trato de pasquale fue increíble. el desayuno incluía jugo de naranja fresco , croissants y una buena variedad de embutidos. además, la vista al vesubio es espectacular.

Lugar hermoso con un parque de cítricos y vistas al Vesubio. Perfecto para relajarse y disfrutar de la naturaleza. La terraza es ideal para sentarse con un vinito al atardecer. ¡No te lo pierdas!

Las carreteras para llegar son como un laberinto, pero sin el minotauro, lamentablemente.

El desayuno buenísimo, aunque el wifi no funcionó bien.

Estuve una noche en Villa Julia y disfruté mucho del servicio. Pasquale, el dueño, es increíble y siempre estuvo pendiente de nosotros. La habitación "Ortensia" era amplia y muy limpia. Me encantó la terraza con vistas al Vesubio, perfecta para relajarse al atardecer. El desayuno era delicioso, con una buena variedad de productos locales frescos, incluyendo café riquísimo. Sin embargo, el colchón era bastante duro, lo que no me permitió descansar completamente. Además, el acceso al lugar puede ser un poco complicado, ya que las carreteras tienen muchas curvas y pueden estar desordenadas. En general, disfruté mi estancia y el trato del anfitrión, pero el confort de la habitación podría mejorar.

La habitación era tan elegante que me sentí como una estrella de cine preparándose para un estreno, con una TV de pantalla plana que hacía que hasta una película de acción se viera como un documental sobre el Vesubio. Y el desayuno. ¡ay, esos croissants! Eran más suaves que un abrazo de abuela y el café, ¡oh, el café! Una verdadera obra maestra local.

Colchón firme

Lugar tranquille y acogedor, ideal para relajarse con vista al Vesubio. El desayuno delicioso, con productos frescos. Pasquale, el dueño, súper atento y amable. Acceso un poco complicado, pero valió la pena. Perfecto para nuestra familia, nos sentimos como en casa. ¡Volvería sin dudar!